Navarra
El Cerco es un recinto amurallado medieval que se construye entre los siglos XI y XIV y que se localiza en el plano más alto de la villa de Artajona en Navarra.. Este pequeña y genuina fortaleza defendía estratégicamente el pueblo habitado situado en las faldas protegidas del promontorio en donde se enclava.
En estos espacios construidos solía ser habitual que el perímetro interior de la muralla estuviera formado por casas fortaleza. Por ello, lo normal es que se edificaran apoyadas y hasta yuxtapuestas con los elementos constructivos del propio cercado acorazado. En nuestro caso, sobre la parcela en cuestión, las trazas históricas de las construcciones anteriores eran perfectamente identificables. No así las edificaciones, que estaban totalmente derruidas. Además de heredar un modelo que, dada su función histórica, era cerrado en si mismo, la nueva edificación, por cuestiones obvias, no podría elevarse sobre el perfil de la muralla ni disponer de huecos de luz en gran parte de su perímetro exterior.
Esta circunstancia nos obligó a generar un sistema de patios y adarves que posibilitaría que la casa se sirviera de sus propias luces y que la muralla tuviera el respeto y la lectura precisa.
La articulación principal de los espacios interiores entorno a un patio abierto propicia que el modelo pueda identificarse, tal vez y parcialmente, con el clásico “impluvium” al que se agrega la característica de que “El Cerco”, como elemento exclusivo del emplazamiento, este siempre presente en la percepción de los nuevos espacios interiores.
La presencia en el propio solar de la piedra de las anteriores construcciones derruidas nos condujo, por máxima coherencia, a plantear la reutilización del mismo material si bien, aparejado de forma muy diferente a la trabazón de la muralla original.
El resto de materiales son decididamente modernos. La carpintería exterior es de aluminio anodizado en color inox, trabajado con secciones generosas, las contraventanas y puertas exteriores de cierre han sido diseñadas apaneladas en material fenólico. Se desterró la idea de persianas u otros elementos incoherentes en un paisaje muy obligado.
El equipo de arquitectura quiere señalar la gran importancia de los aspectos constructivos de esta obra. La Arquitectura sin la Construcción solo se entiende como idea, no como realidad habitable. Nuestro oficio nos obliga a ello.
Ni que decir tiene que, en este caso, el cliente es la parte fundamental de que una obra de estas características pueda ver la luz y eso es de agradecer.