Navarra
El reto es crear un nuevo volumen junto a una edificación de escaso interés exterior, pero perfectamente integrada en el magnífico conjunto que se articula alrededor de la ermita.
El intentar mimetizarse, imitando la arquitectura circundante, desde nuestro punto de vista, no tiene sentido, tanto desde la imagen como desde la funcionalidad.
Por todo lo anteriormente descrito, hemos optado por un volumen abstracto que no compita con el resto de edificaciones y actúe como fondo de las mismas.
Al no estar sujeto a una arquitectura concreta, podemos jugar con él y que nos ofrezca todo aquello que deseamos para su funcionamiento. Hemos desarrollado un espacio escenográfico en el que se desarrolla una función, buscando la riqueza interior y la discreción exterior, por lo tanto no ofrecemos un edificio, ofrecemos el mejor espacio para celebrar una boda.
Entre el edificio existente y el propuesto, se genera una grieta que actúa como espacio de transición, articulando todas las comunicaciones desde el acceso hasta las dependencias de servicio. Todas las circulaciones se vinculan a este elemento. Los servicios y cocina, zonas húmedas, se ubican al fondo para no interferir en las circulaciones de los invitados y permiten su abastecimiento por la parte posterior del conjunto, independiente del acceso principal.
Para conseguir todo lo propuesto el nuevo edificio dispone de una altura que nos permita albergar una estructura capaz de soportar grandes luces, dejando el espacio central diáfano, también permite la apertura de las carpinterías con un sistema de guillotina, quedando totalmente ocultas y dejando el salón principal en contacto directo con el exterior.
La envolvente exterior se completa con una gasa metálica que aligera el conjunto y mediante retroiluminación, adquiere importancia en las horas de oscuridad, actuando como faro de punto de encuentro. Y durante el día, como espejo del paisaje que nos rodea, desmaterializandolo y por tanto pasando desapercibido.
Las carpas, con un diseño que pretende alejarse de las típicas al uso, se extienden como una prolongación del salón principal, con una primera zona de recepción y barra de bar, una segunda de estancia y la zona de baile al final.